11. El romanticismo

La historia humana oscila como un péndulo. Tras una época racionalista, el romanticismo estalla, rompiendo contra la primacía de la razón. Los nuevos valores de esta tendencia son el sentimiento, la imaginación, la añoranza, la experiencia vivida.

A partir de Kant, el subjetivismo gana relevancia: el yo determina el conocimiento.

El arte se convierte en una vía de conocimiento que lleva a lo inefable.

El romanticismo alienta un gusto por lo antiguo y lo exótico, lo lejano, lo misterioso y lo morboso.

La naturaleza es una unidad de la que formamos parte: el panteísmo con raíces en Spinoza, Giordano Bruno y Plotino resurge con fuerza. El mundo natural es un espíritu vivo.

Schelling así lo afirma: todo es un mismo espíritu, la naturaleza, el hombre. La materia es también parte del espíritu.

Fichte afirma que la naturaleza es el sueño de un alma universal, de un Dios semiinconsciente de su creación.

Esta idea de un gran espíritu universal empapa la filosofía, la literatura y la investigación en las ciencias naturales.

Existe un romanticismo universal, cosmopolita, que ensalza el alma, la naturaleza y el genio artístico.

Existe también un romanticismo nacional, que ahonda en la historia, en la lengua y en la cultura popular. El romanticismo es también la época en que surgen los nacionalismos europeos. Herder, los hermanos Grimm, Andersen y Afanasiev rescatan y difunden los cuentos tradicionales del folklore de sus pueblos. El cuento es el género romántico por excelencia.

1 comentario:

  1. Gracias por tu aporte al conocimiento. ¿Cual es la teoría de las Emancipaciones de Plotino?

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