No todo acaba en Occidente...

No, no todo acaba alrededor del Mare Nostrum, ni pasado el océano hacia ese inmenso continente de dos alas que siempre será tierra de frontera y promisión, descubierto y conquistado una y otra vez… No todo se agota en nuestra cultura occidental. Porque al sur de Gibraltar, o a Oriente de Estambul; pasado el Bósforo o cruzado el Sahara, cientos de culturas han florecido y aún perviven, con una visión del mundo y del hombre muy diferentes a la clásica, a la germánica y a la semita.

El filósofo François Jullien se ha empeñado en conocer otras formas de pensamiento y en “deconstruir”, como él dice, nuestra cultura europea, sumergiéndose en la civilización china y viviendo durante años entre pueblos africanos. Según afirma, Oriente ignora o es ajeno a conceptos fundamentales para nuestra cultura occidental, como “verdad”, “belleza” o “libertad”. Lo explica con mucha amenidad en esta entrevista publicada en La contra de la Vanguardia.

Para otros estudiosos, el hecho de que Occidente sea la cultura dominante en el mundo de hoy, y que muchos países anhelen nuestra forma de vida, en sociedades democráticas y con un bienestar social básico desconocido en otros lugares, es motivo para que aprendamos a valorar y a conocer más a fondo las raíces de nuestra civilización. El curso de introducción a la Grecia antigua que imparte el profesor Donald Kagan en la Universidad de Yale comienza con una sesión inicial que diserta sobre este tema. (La verdad es que el curso es tan interesante que lo recomiendo seguir completo).

¿Quiere decir esto que los valores y principios filosóficos son relativos, y que no existen unos valores básicos universales?

C. S. Lewis hizo un interesante estudio de las religiones y enseñanzas de diversas culturas del mundo en su libro La abolición del hombre y llega a la conclusión de que, en lo tocante a ética y a las cuestiones más profundas, todas son muy similares. “Si alguien se toma el trabajo de comparar las enseñanzas morales de los antiguos egipcios, babilonios, hindúes, chinos, griegos o romanos, lo que realmente llamará la atención es lo parecidas que son entre sí y a las nuestras”.

Aquí podéis leer la obra. Y el interesante apéndice.

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